LOS HORÓSCOPOS
Los horóscopos han mantenido su lugar
como fuente de predicciones y consejos que se le atribuye a las personas por su
fecha de nacimiento y se le otorga un horóscopo a base de un signo zodiacal.
Desde la astrología hasta la intensidad
de las redes sociales, estos pronósticos astrológicos han capturado la atención
y la imaginación de millones de personas en todo el mundo.
Entre la tradición y la
incertidumbre, los horóscopos ofrecen un refugio para aquellos que buscan
sentido en un mundo complejo y en constante cambio.
Sin embargo, la creencia en los
horóscopos también ha sido objeto de controversia y escepticismo ya que hay
mucha gente que cree ciegamente al horóscopo y se relaciona a base de eso.
A pesar de esto, la popularidad de
los horóscopos persiste, desafiando las barreras entre lo racional y lo
irracional contando con muchos fieles seguidores a ello que con cosas
partidarias buscan llegar a más gente.
Se han convertido en una forma de
entretenimiento y conexión comunitaria, donde las personas comparten y discuten
sus interpretaciones y experiencias astrológicas.
Son un reflejo de nuestras
aspiraciones, temores y deseos más profundos y también sirven de autoayuda o
como una manera de darle una forma de razonamiento de él porque suceden las
cosas.
Ya sea por creencia o curiosidad, los
horóscopos continúan siendo una parte intrigante de la experiencia humana y hay
mucha gente que la imparte leyendo las cartas, el horóscopo por la mano, entre
otras.
Considero que el ser humano está
acostumbrado a creer en algo y aferrarse a lo místico, por ejemplo, cuando ven
fantasmas o creen en los amarres.
Sirven como un recordatorio de
nuestra fascinación eterna con el cosmos y nuestro deseo innato de encontrar
significado en el universo que nos rodea.
Columna escrita por: Roxana Itzel Guzmán Tame
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